Infierno Musical

Thursday, March 29, 2007

MEMORIAS DE UN WALKMAN




“El saber occidental por varios siglos intenta ver el mundo.
No ha comprendido que el mundo no se mira se oye.
No se lee, se escucha (...) hay que aprender a juzgar
a una sociedad por sus ruidos, por su arte
y sus fiestas mas que por sus estadísticas”

(Attali 1995:19)

La música es un medio para percibir el mundo, un instrumento de conocimiento que provoca descifrar una manera sonora de saber. Una forma de aproximarse al estudio de la cultura pop y el espíritu melódico contemporáneo es sin duda: el walkman, puede resultar un tanto burdo detenerse en el aparato trasmisor de la música y no en la música en sí, pero esta idea (espero de larga duración) busca no justificar, sino mas bien, engranar y evocar una especie de estructura del sentir.

Si tenemos en cuenta que como lo señala Fubini, “la música presenta mil engranajes de carácter social que se insertan profundamente en la colectividad humana y reciben múltiples estímulos ambientales y crea a su vez nuevas relaciones entre los hombres”, el intento por reconstruir una arqueología del sonido radica en el proceso de consumo como una matriz contextual de actitudes, valoraciones, transformaciones, funciones, comportamientos y rituales buscando superar la visión mercantilista y de sobredeterminación económica del sujeto social. Estas significaciones nos llevan a concebir la reproducción y producción del individuo de consumo desde una metafísica cotidiana, donde la cultura es un elemento dinámico, cambiante y melódico.

A los 27 años del walkman ofrezco un salud y larga vida al gadget tecnológico que fue mi guardaespaldas en stereo de la soledad, compañero de insomnios, escudo de metal y por supuesto mi cómplice del deambular por la ciudad. No pretendo describir los próximos apartados, porque espero que sean música para los ojos.


1. El nacimiento y el creador del walkman: un mito urbano



El nacimiento del walkman es una especie de mito urbano o mejor dicho tecnológico industrial, del cual existen varias versiones, pero la central esta identificada con el físico y empresario japonés co- fundador de Sony Akio Morita, identificado como padre del walkman y el fracasado sistema beta.

Morita nunca traicionó, en el fondo, las viejas normas de pudor y distancia que marcan la vida del pater familia de un clan japonés. Desde su nacimiento, en 1921, Akio estaba llamado a ser el heredero del legado de la familia, propietaria de fábricas de sake (vino de arroz japonés) en la provincia de Nagoya. Había nacido para ser el líder de la decimoquinta generación de Kyuzaemon, el apellido aristocrático de la familia.

Sin embargo, a los diez años, Morita se topó con el primer artilugio electrónico de su vida, cuando la familia remplazó la vieja vitrola por un fonógrafo eléctrico. La fascinación de Morita por los aparatos sería conocida desde entonces. La casa familiar del empresario ha sido siempre uno de los laboratorios y banco de pruebas de todos los productos de consumo de la multinacional.

En el año 1978 primer modelo de walkman en fabricarse fue el TPS-L2, este artefacto fue considerado un icono en la década de los ochenta porque había logrado un fenómeno cultural notable: por primera vez cualquier persona podía salir a la calle y escuchar su música favorita en cualquier lugar y según la revista PC World el aparato reproductor de walkman Sony es el mejor invento creado durante los últimos cincuenta años, dejando en sexto lugar a la telefonía celular.

El programa de televisión “Diseños Clásicos”, transmitido por A&E Mundo, dedicó uno de sus capítulos a este aparato mencionando que Akio Morita al caminar por la calles de New York se dio cuenta que sus hijos siempre cargaban música en aparatos grandes, y pensó que este placer de llevar música a todos los espacios debía transfigurarse en un aparato mas cómodo, pequeño y portátil y a pesar de las críticas de sus asesores, falta de entusiasmo de los responsables de la campaña de marketing y las negativas de los socios de Sony Morita logró conseguir un éxito comercial y rentable, con una radio inspirada en el minimalismo de la cultura occidental una especie bonsái acústico, que tenía una cinta de cassete que duraba solamente 60 minutos. Hoy en día existen mas de 340 millones de “walkmans” en el mundo , además de todo tipo de reproductores inspirados en su fórmula, desde mp3 hasta los iPod que logran almacenar 15 mil canciones de 30 gigas.

Morita y su socio Ibuka que ya cruzaban la frontera de los sesenta años con su visión y espíritu emprendedor lograron que 30.000 unidades del walkman sean distribuidas en el mercado cuya población meta eran los jóvenes. La campaña de publicidad que se realizó en 1979 tuvo muchas estrategias creativas como presentar este artefacto a varios periodistas, ofrecer demostraciones y muestras en los subterráneos del Japón y enviar walkmans a celebridades como la princesa Diana de Gales quien recibió un walkman con el sello real, entonces ya en la década de los ochenta la juventud en varios puntos del planeta vivía enchufada a un artilugio tecnológico, y si las palabras existen cuando uno las nombra en 1981 el walkman forma parte de Le Petit Larrouse.

El nacimiento del walkman pertenece al imaginario del Japón, lugar de origen de su creador, un país donde la economía del espacio es asumida de manera mística ya sea por el Bonsái, los grabados en un grano de arroz y la arquitectura peculiar del lugar, la estructura de las puertas corredizas que esconden toda una filosofía territorial.

Quizás el gran mérito de Morita fue saber romper el muro en el que tradicionalmente se encierran los magnates japoneses y convertirse en una estrella empresarial internacional. En los 80 no dudó en publicar su propia autobiografía “Made in Japan” , libro de cabecera en las oficinas mundiales de Sony. Era otro ejercicio publicitario para destacar el rostro humano del multimillonario que falleció el año 1999 y tuvo el mérito de regalarnos caminatas acústicas.

2. Nuevas experiencias

El walkman es una invención tecnológica que afecta la sensibilidad musical contemporánea y que es ciertamente utilizada como un escudo para la esquizofrenia urbana (aunque provoque otra de tipo ecológico-espacial), el efecto de este aparato electrónico es opuesto a la amplificación exagerada que se jactaban grupos como Man O’ War que ganó el record mundial de decibeles, llegando al nivel 10 de ampliación de sus cajas parlantes, con su canción “All men play on ten” se distorsiona la música a un nivel ensordecedor, mas fuete mas heavy, mientras que el walkman cae en la alta privatización de una experiencia musical individual, introspectiva y placentera.

Oír no es mas oír con los otros, o hasta oir para los otros, como lo soñaron siempre los pensadores humanistas que reflexionaron sobre la música a través de su ayuda, necesita cerrarse un ambiente, lo que es una actividad exactamente opuesta a como se construye anatómicamente el órgano de audición convencional, que no se cierra como el ojo (Jose Jorge Carvalho)

3. El walkman y la ciudad

En “La caminata auditiva” Iain Chambers se preguntaba por algunas de las consecuencias sociales del walkman, un dispositivo que introdujo modificaciones importantísimas al segmento de la electrónica. Al mismo tiempo que un acto fuertemente privado y de rechazo por la interaccíón -aquel que se conecta al walkman se aisla en su propio mundo y se separa del entorno- este dispositivo nos permitió un nuevo tipo de relación con la ciudad. En cierta medida, al “musicalizar” de manera individual el espacio público -pensemos, simplemente, en lo que sentimos cuando caminamos por la calle con nuestros walkman enchufados- estamos participando de una tendencia social particular: la de disfrutar el mundo a partir de una serie de signos que se cruzan y resignifican.

La música, de alguna manera, adquiere sentido para nosotros en ese contacto con el mundo. Y el mundo, claro, cambia, se modifica, se recrea, cuando lo vemos musicalizado con la banda de sonido que hemos elegido.

En el fondo se trata de eliminar la pregunta obvia: ¿escuchar música en nuestros walkman es sólo un acto individual? Desde ya que no; la elección de la música, las asociaciones que hacemos con otros signos o lugares están en relación con el entorno en el cual nos hemos formado. No escuchamos cualquier cosa, no nos gusta todo; el proceso de construcción de nuestros gustos está determinado por una larga serie de hechos casuales, azarosos, memorables, que difícilmente podemos calificar como individuales. Piensen en la música que más aman; seguramente podrán asociar hechos, personas, acontecimientos con ella.

Al movernos por la ciudad con nuestro dispositivo portátil de música, la estamos mirando desde un punto de vista en el cual se entrelazan las elecciones personales y las determinaciones sociales que nos permiten darle sentido, encontrarle un significado determinado a las cosas. Y participamos de una forma social cada vez más generalizada de observar nuestro entorno. Imponemos nuestra música por sobre el ruido del mundo exterior. Y lo hacemos porque sabemos que ese mundo exterior, de otra manera, nos impondría sus molestos sonidos. El walkman, entonces, es uno de los instrumentos con el cual negociamos con nuestro entorno para hacerlo más soportable. Despues de este recorrido:¡llevame! aun lugar con parlantes.

Tuesday, March 20, 2007

APUNTES AUTISTAS



El nuevo libro de Alberto Fuguet "Apuntes autistas" por fin salió, espero conseguirlo, que mis piratas por favor se actualicen o que abran la biblioteca de donde saco estos textos, por el momento vi el anuncio de la publicación en el blog del mismo autor, me gusto leer parte de su trama. Aqui posteo lo que se publico en "El Observador"

VIÑA DEL MAR.- Mientras prepara su nueva cinta, hizo un alto y presentó el sábado en la Feria del Libro sus “Apuntes Autistas”, en un caótico ambiente lleno de voces discordantes. Fuguet se dice autista. Asegura ser freak y pelacables. Jura, de guata, sólo ser capaz de expresarse –o al menos hacerlo de mejor manera- en el papel, a través de la palabra escrita, o mediante su hobby de siempre, pero sólo asumido recientemente. Las películas. O sus películas.

Alberto Fuguet (Santiago, 1964), el célebre autor de “Mala Onda”, el que mandó a todos los realistas mágicos al exilio mental con su McOndo, el que cosechó envidias malaleches cuando la Newsweek lo nombró líder latinoamericano de la nueva era o el que asombró a todos cuando dijo que ya no era un escritor, “sino un cineasta”, está de vuelta en las letras.

Lo anunció hace poco, pero lo oficializa esta tarde (20:30 horas) en la 25ª Feria del Libro de Viña del Mar, hasta donde llegará a presentar “Apuntes Autistas” (Epicentro-Aguilar), su más reciente libro, en el cual –a través de cuatro secciones: Viajar, Mirar, Leer y Narrar- vuelve sobre sus propias raíces de manera brutalmente honesta.

“Las crisis son algo permanente a cierta edad” -dice Fuguet, quizás recordando el instante en que se declaró divorciado de las letras y se fue a los brazos de su amante, el celuloide.- “Exageré un poco. No creo que tenga que optar, pero algo tiene que ceder. De hecho la duda aún la tengo… y ‘Apuntes Autistas’ me está llevando a la decisión de tratar de combinar dos cosas en su propia medida. Puedo llevar mucho del cine a la literatura y viceversa.

Convencido de que placer y deber puede citarse, Fuguet sigue escribiendo y soñando en sus próximas películas. Mientras, se da pequeños lujos, como entrevistar a Woody Allen (“fue como conversar con Dios”) y trazar líneas para lo que sigue: Viajar, Mirar, Leer y Narrar. Quizás en un par de años lo tengamos menos autista, pero con nuevos apuntes para sorprender.