Infierno Musical

Saturday, January 29, 2011

Familia y otros cuentos



El otro día soñé con mi prima Darinka, no la veo hace quince años a pesar que vive en Cochabamba, nuestras familias rompieron lazos de manera abrupta. A veces hay personas que deseamos tanto ver y al final no lo hacemos, porque heredamos resentimientos ajenos.

Recuerdo que cuando éramos niñas le regalaron un perrito, yo que era un año mayor que ella y no podía tener mascotas, insistí para que le ponga Toto, como el perro de Dorothy en "El mago de Oz", ella accedió y lo convirtió en un perrito fashión con todos los artilugios de su mamá que era peluquera. Un día Toto salió a la calle y le piso un auto, y mientras yo quería que juntas lo lloremos en un funeral, supongo que mi tío después de decirle una mentira piadosa lo llevó al basurero.

Hace unas semanas mi tía vió a Darinka con su pequeña hija, que llegaría a ser mi sobrina, hay palabras que me son tan ajenas. Sospecho que mi tía y mi prima no hablaron de nada, a veces los adultos hacen CENSOS en vez de conversar con alguien: como esta tu papá?, Cuantos años tiene tu hija? donde vives? estás casada? Preguntas que se responden con cifras o un ¡todo bien! Hoy tengo que escribir un cuento sobre la familia... lo único que recuerdo es al perrito Toto y como te ofrecía su amor sin condiciones, ni resentimientos, también a Darinka que dormía toda la mañana y en la tarde iba a la escuela, mientras yo tenia toda mi agenda completa, colegio, clases de pintura, gimnasia, cuidar a la abuela, creo que mil veces quise secuestrar al Toto para que me acompañe en mis aventuras y que un huracan nos lleve fuera de este mundo de horarios, conocer a la bruja que colecciona cabezas, o buscar al Leon cobarde. No se me ocurren muchas ideas para escribir el cuento sobre la familia. A veces quisiera juntar mis pies y decir no hay nada como el hogar!

Sunday, January 16, 2011

Just Kids: La persistencia de la memoria

En "Just Kids" Patti Smith relata los recuerdos compartidos con Robert Mappeltorphe, en casi trescientas páginas que entonan un canto de amor y vida de dos personas que abandonaron su soledad para vivir en la mutua complicidad de la búsqueda artística.


"Fue el verano en que murió Coltrane, el verano de 'Cristal ship',los hippies alzaron sus brazos vacios y China hizo detonar la bomba de hidrógeno. Jimi Hendrix prendió fuego su guitarra en Monterrey (...)y en aquel clima cambiante e inhóspito, un encuentro casual cambio el curso de mi vida. Fue el verano que conocí a Robert Mappelthorpe"


Patti Smith provenía de un hogar humilde, nació en Chicago en 1946, debilucha, mitómana, amante de la poesía del s.XIX, andrógina con una mente fantástica que sobrevivió al ataque de la escarlatina en su infancia, con delirios y sueños premonitorios de la muerte de Brian Jones. Cuando era joven tuvo que trabajar en una fábrica de ensamblaje, parte de esas experiencias son materia prima de su canción Piss Factory.

Robert Mappelthorpe, también nació en 1946 en Long Island, provenía de una familia católica, de clase social alta. Fue monaguillo, desertor del ejercito, aborrecía la carrera empresarial y los estudios de publicidad, sentía fascinación por hacer collares exóticos para su madre y los collages artísticos, con un caracter autodestructivo y un talento estremecedor, llegó a consolidarse como uno de los más reconocidos fotógrafos contraculturales del s.XX, despues de varios años de experimentar con imágenes sadomasoquistas y el desnudo artístico.


Dibujabamos como niños salvajes, hasta que agotados, nos derrumbábamos en la cama muy entrada la noche
(...) Las plegarias de Robert eran como deseos. Ambicionaba el conocimiento oculto. Los dos rezábamos por su alma, el para venderla, yo para salvarla.




Una película clave para entender el comportamiento de Mappelthorpe comportamiento fue "mightnight cowboy" porque lo indujo al bajo mundo de las calles newyorkinas para ejercer la prostitución como una forma de ganar dinero y experimentar su atracción por el sexo masculino.

Patti y Robert.Nacieron un día lunes. Nacieron cuando se conocieron, cuando un muchacho dormido en una sencilla cama de hierro, pálido y delgado con una mata de pelo rizado sonrio dando la bienvenida a Smith que buscaba un lugar donde vivir. En su segundo encuentro Patti que trabajaba en una libreria, se sorprendió cuando él compró un collar persa que era su favorito y en secreto le pidió que se lo regale. La tercera vez que se vieron fue algo fortuito, Robert la salvó de un escritor de ciencia ficción que le hacia propuestas indecentes. Ella simuló que Robert era su novio le dio un beso y lo demás fue historia.



Lo mágico de este libro es la delicadeza y hasta ternura como Smith relata sin falsas pretenciones, su encuentro con Jimi Hendrix en las escaleras del Electric Lady Studio, entablando una conversación casual donde el músico confiesa su interés por participar en Woodstock y "difundir el lenguaje de paz al mundo". Años mas tarde está tímida e irreverente poetisa grabaría en el mismo estudio su disco Horses, documento infranqueable del punk de los setenta. Detrás de las fotos de sus albums y sus libros siempre estuvo el lente de Mappelthorpe, retratando los momentos de su musa:

"Nunca cupo la menor duda de que Robert fotografiara mi retrato para la carátula de horses, mi espada acústica envainada en una imagen suya. Yo no tenía ninguna idea preconcebida cómo sería, solo sabía que debería ser auténtica. Lo unico que prometí a Robert fue que llevaría una camisa blanca sin ninguna mancha (...) Cuando ahora la miro, no me veo nunca a mí. Nos veo a los dos"



Cierro los ojos y una imagen de ambos cubre todo mi imaginario, esta extraña simbiosis marcará el ritmo de las canciones de Patti Smith cada vez que las escuche, ahora la veo a lado de Mappelthorpe, la memoria a veces fabrica sus propias mitologias. Ellos amigos, amantes y creadores, que tomados de la mano enfrentaron las sombras que los aquejaban (embarazo adolescente de Smith y posterior entrega de su hijo en adopción, la homosexualidad reprimida de Mappelthorpe)y coincidieron en la Gran Manzana en la época de gloria y decadencia de finales de los sesenta y setenta, cruce de caminos entre muchos nombres Andy Warhol, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Bob Dylan.



Con escenarios del mítico Hotel Chelsea, la Iglesia del punk CBGB y más que todo vivencias de soulmates que durmieron en las calles, que en sus inicios no tenian dinero ni para comer, Patti relata que por falta de alimentación sufrió de anemia y tuvo que robar un par de chuletas y guardarlas en el bolsillo de su sacón, ella sentía admiración y seguía el ejemplo del escritor Jean Genet, quien cometía pequeños hurtos para sobrevivir.Por más viajes, parejas sentimentales y fama que conquistaron siempre conservaron la complicidad.“Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los míos" decía Patti Smith liberándosé de toda culpa y apoyando y reinventando su relación con Mappelthorpe.


Robert y yo habíamos explorado los límites de nuestra obra y habíamos creado un espacio para el otro. Cuando subia a los escenarios del mundo sín el cerraba los ojos y lo imaginaba quitándose su chaqueta de cuero, entrando conmgo en la tierra infinita de mil palabras.


"No se puede viajar a la muerte sin caricias" dice Francisco Hernandez, tampoco se puede partir al viaje del gran silencio sin palabras. Patti se enteró que Robert tenía SIDA, cuando estaba embarazada de su segundo hijo en 1989, fruto de su matrimonio con Fred "Sonic" Smith. Yo estaba durmiendo cuando el murío (...) Así pues, mi última imagen fue como la primera. Un joven dormido bañado de la luz que abrió los ojos y sonrió con complicidad a una persona que jamás había sido una desconocida .

Este libro es bomba de tiempo que late en cada página, como un diario de sobreviviente, que según un especialista del FNCA apela a todos los recursos de su visión poética al servicio del recuerdo, es por esta razón que se le otorgó el National Book Award como mejor libro del 2010, es que Patti Smith la madrina del punk hace poesía desde la música y la matemática precisa de las palabras como caminos recorridos diciendo: Éramos unos niños.