Infierno Musical

Monday, January 30, 2012

LA VENGANZA DEL CORDERO ATADO


Cuando el cordero se enfrentó al lobo

Escribir sobre Cesar Gonzales, es hablar sobre “su historia” y la metamorfosis que lo convirtió en Camilo Blajaquis, pseudónimo que utiliza en homenaje al revolucionario cubano Camilo Cienfuegos y al asesinado militante sindical Domingo Blajaquis, hecho relatado por Rodolfo Walsh en el libro "¿Quién mató a Rosendo?". Blajaquis estuvo preso desde los 16 años hasta los 20 por estar implicado en un secuestro extorsivo. Su recorrido por institutos y penales de Buenos Aires desde Belgrano a Ezeiza son la cartografía donde escribió más de 200 poemas. Al salir de la cárcel hace casi un par de años comenzó a cursar la Carrera de Letras en la UBA y a los 21 años publica su primer libro, "La venganza del cordero atado" Ediciones Continente, que ya lleva tres ediciones y gracias a Griselda Salomón llegó a mis manos. El título del libro hace referencia al disco Lobo suelto/ Cordero Atado de Los Redonditos de Ricota, hace algunos meses salió a la luz “Crónica de una Libertad Condicional” su segundo libro.

Blajaquis nació y vive actualmente en la Villa Carlos Gardel, lugar donde experimento sus primeros arrestos, la fraternidad con sus pares, la injusticia del sistema y el darle sentido a la vida en el margen del mundo: “aparte de excluirte económicamente, te excluyen cultural y simbólicamente. Te excluyen porque sos el negro de una villa, el negro de mierda, vas a ser chorro, obrero y nada más. El sistema te excluye y es mucho más cruel de lo que uno cree. Lo que juega es una exclusión simbólica: el de la villa es un ignorante, es un posible delincuente”
Con una mirada intensa e ideas claras, Blajaquis escribe denunciando la violencia carcelaria, la economía silenciosa del poder y la aguda crítica a un sistema que sólo busca vigilar y castigar. Cesar Gonzales empezó a tener interés por la literatura cuando en uno de sus talleres penitenciarios conoció a Patricio un educador que enseñaba trucos de magia y literatura, según Blajaquis escribir lo hizo sentir “por primera vez una persona” con predilección por Marx, Nietzsche, Galeano, Girondo y Arlt, su carácter autodidacta lo llevó a ser editor desde la clandestinidad de la revista bimensual ¿Todo Piola?

Cesar Gonzales es Camilo Blajaquis quien después de los cinco años de cárcel, asegura ser el mismo, pero con otras elecciones, decidiendo emprender como destino la poesía, dejar de ser víctima, quemar sus cicatrices en cada verso para enfrentarse al lobo cotidiano del sistema.

Libro Iniciático

La venganza del cordero atado es un libro increíble, no solo por su dosis de realidad y desenfado lírico, sino también por las temáticas abordadas que van desde el alegato de un inca ante Dios, las desgarradoras confesiones de insomnio tras las rejas, la imposibilidad del amor, las villas como coordenadas claustrofóbicas de hacinamiento, Buenos Aires decadente que se diluye ante la lluvia, la devoción al Racing Club, el diagnóstico de la esperanza y el deslizamiento de las palabras libres que buscan atravesar las rejas mentales. Cada palabra es una púa digna de ser tocada para sentir en carne viva el cuerpo del delito.

Una muestra de la destreza poética del autor es su poema Villas: La vida de un mundo aparte o así se vive apartado del mundo: Familias numerosas, o mejor dicho madres solteras con muchos hijos/ Los cascotes que inventan caminos así el barro no te muerde los tobillo/Pilones de basura por acá y por allá. Esqueletos de autos robados ya desmantelados, saqueados y prendidos fuego/ El sonido de un disparo en una esquina, diez disparos de respuesta en la otra/ Charlas de vecinas a través del alambrado mientras cuelgan la ropa en la soga: ¨Che te enteraste que lo mataron a fulano ¨. ¨Si, y que a mengano le reventaron el rancho en la madrugada¨. La policía y sus cacerías.

Más allá de Camilo Blajaquis y sus antecedentes de pibe chorro, en varias entrevistas y presentaciones de su libro, él asegura no sentirse preso de su historia, ya que es la historia de varios adolescentes argentinos que crecieron y se quemaron en el fuego de cacerolazo. Este poeta no considera que la cárcel lo haya convertido en un “ciudadano decente” no es una historia redentora de reinserción con final feliz, más bien piensa que el decidió vivir lejos de las rejas y los hilos invisibles de la victimización, reconocer que “no hay peor cárcel que la mirada del otro” y que a pesar de recibir ofertas tentadoras de sus antiguos amigos él prefiere elegir empezar a reconstruir su vida desde la página en blanco.

¿Todo Piola?

La revista ¿Todo Piola? destila activismo y una crítica social ácida, Blajaquis la editaba desde la cárcel, clandestinamente, y nace a partir de la pregunta ¿Será que todo está piola, si de 10 jóvenes que viven en los correccionales de Buenos Aires 9 son de las villas? ¿Qué pasa con los criminales de cuello blanco, con un país que apenas logró estabilizar su economía mientras los maestros del déficit se iban a Miami? El sueño de Blajaquis es que esta revista sea una fuente de trabajo, no un manual, sino algo del arte donde los jóvenes puedan escribir y nunca un lugar donde los traten como una especie rara, un experimento. Buscando autoasumirse desde la marginalidad, demostrar que lo jóvenes son gente que trabaja, piensa, sueña, que no está conforme con la sociedad que le toco vivir.

Cuando Cesar Gonzales empezaba a internarse en el mundo de la literatura, una de las psicólogas le decía que debería buscar un proyecto de vida donde necesariamente tenía que integrarse a la sociedad y la poesía era solamente un entretenimiento a lo cual respondió “Una psicóloga ayer me dijo que no puedo ser escritor. Esa piña duele más que la del guardia”. Entonces con osada terquedad se empeño en editar esta revista como arma frente a la desconfianza de la policía mental. Desde el nacimiento de la revista se difunde bimensualmente y ya se tienen más de 10 números, en you tube se pueden encontrar cortos de un minuto que promocionan sus contenidos que van desde la bolifobia, el consumismo, la violencia barrial, las abusivas jerarquías un universo de denuncias, en síntesis Blajaquis afirma que la literatura puede salvar la vida por ser una dulce condena.

Frases detonadoras
• Íbamos a la escuela más a comer que estudiar. Mi madre también estuvo presa. La figura familiar no existe.
• Mi sueño era entrar a la casa en un country o robar un auto blindado y morir en una persecución.
• Robar es recuperar lo que el porvenir nunca te dio.
• La realidad tiene responsabilidades, horarios y un estado.
• Lo real tiene un corazón, sentimientos y manos que dibujan.

Sunday, January 22, 2012

Sunday, January 08, 2012

Al maestro con cariño



Hace algunos años pase unos talleres con Adolfo Cáceres Romero, recuerdo que las primeras semanas de enero del 2008 me inscribí a sus clases y encontré en el un maestro en el sentido literal de la palabra, que revisaba, corregia y criticaba los trabajos, los que estabamos en el taller reimos un monton cuando nos relató "La Fierecilla Domada" o nos dijo que leamos a Faulkner, Chéjov o Hasbún. Estos últimos dias estuve leyendo sus ultimos libros, que van de la siguiente manera:



El Charanguista de Boquerón. Kipus 2da Edición 2011. Cochabamba. Ganadora premio “Marcelo Quiroga Santa Cruz” 2009

La muerte tiene métodos y tiempos caprichosos, palabras que remiten al fantasma de la Guerra del Chaco que no terminó en la trinchera, ni en la resistencia de los Héroes de Boquerón, tampoco en el retorno de los excombatientes a Bolivia, sus efectos fueron una reacción en cadena que se expandió por varias décadas de nuestra historia, que Adolfo Cáceres Romero logra retratar en su libro “El charanguista de Boquerón” apelando al trasfondo histórico de manera intimista, retomando fragmentos bíblicos basados en Caín y Abel nos relata la historia de Víctor un músico que tiene que responder a su patria en el campo de batalla, en la incompletitud del desarraigo y la soledad del infierno verde.

Entre el anonimato de “los pilas y bolis” Víctor recorre la historia del conflicto bélico al son del bolero de caballería o las melodías de los kaluyos que buscan interpretar, ajustando el gatillo buscando la tersidad de las cuerdas y el destino de la bala que apunta al enemigo, al hermano, al vecino. Todas las respuestas nos conducen a entender toda guerra como el episodio más absurdo de la historia de la humanidad.


Con precisión nutrida de fuentes secundarias y el realismo social, el autor de “La Emboscada” y otros libros ya convertidos en clásicos, retrata lo sucedió “Los restos de esos hombres eran cocinados por el sol, para solaz de las alimañas. Recogí mis cosas, mirando las muecas de esos cadáveres. Cuando me dirigía a la cocina sentí la presencia de las avanzadas enemigas”. Este diario de guerra no pretende una reflexión rebuscada respecto al conflicto bélico, prefiere encarnarse en la piel del personaje para contarnos una historia del triunfo de la vida sobre el espanto del fratricidio, ya que por 23 días 448 soldados bolivianos rechazaron el cerco paraguayo con alrededor de 15.000 soldados, sin agua, sin comida ni municiones, más que las cifras oficiales da gusto leer una historia bien narrada, que muchas veces escuchamos con la desidia adolescente al ser narrada por nuestros abuelos que fueron a la guerra siendo unos quinceañeros, donde los verdaderos héroes son los sobrevivientes, quienes volvieron, saboreando la ingratitud del país por el que entregaron su vida. Este libro tiene el mérito de apelar sin manipulaciones emocionales nuestra memoria histórica.



El Último Khipucamayu. Editorial Serrano. 2011 Cochabamba
Enlazando el último nudo
El “Último khipucamayo” es una historia de la resistencia. Magistralmente narrada este cuento teje una serie de coordenadas que enlazan los saberes ancestrales y la denuncia del genocidio indígena. Con un ritmo acelerado y escenarios bien logrados (Montepunku, Paria) podemos sentir la adrenalina que vive Ilo el último khipucamayo al defender los ancestrales nudos donde se decodificaban las historias secretas de la cultura andina.

El complot y la hermenéutica de los traidores que pretenden eliminar la continuidad de la historia narrada por el arte de unir nudos, combinar colores y saber los secretos de la Pachamama, le hacen un guiño retorcido a la corona española. Es por esta razón que este cuento fue ganador del Premio Nacional de Cuento “Adela Zamudio” el año 2010. El último nudo en ser anudado lo completa el lector al descubrir un final inesperado.