Infierno Musical

Thursday, April 30, 2009

La Marcha de la bronca



Creo que hay canciones que nos persiguen desde nuestra prehistoria, "Marcha de la bronca" un, dos/un,dos, la escuche desde cuando tenia ocho años, porque encontre el vinilo de "Pedro y Pablo" papá decía que escuchaba esa canción antes de que nazca.

Cuando tenía diez años un,dos/ un,dos, pense que los interpretes de la canción eran los "Picapiedras", mi vecina me dijo que ese era un himno de la juventud Argentina, me sentí ignorante y decepcionada, porque hasta ese momento me imaginaba a Pablo bailando con su sombrero de búfalo y Pedro marchando con sus deditos. Tres años mas tarde, la misma vecina confesó en un té secreto a mi madre, las torturas que sufrió en la dictadura, desde su confuso arresto en una residencia estudiantil hasta su violación con ojos vendados y el agua fria que le echaban cada vez que abria su boca para pedir ayuda. Ese día me pico el alacrán del miedo. La maldad existía y no estaba en los villanos televisivos, estaba en la esquina de mi casa, cerquita, era íntima.

A los quince años mi profesor de guitarra me enseño a tocar esta canción y conocí a su autor "Miguel Cantilo",un, dos/ un,dos... empecé a esconder mi miedo cantandola en guitarreadas de la universidad, un tema mas del menú interactivo de alguna tarde valluna. Pero de alguna manera, un, dos/ un, dos también sentía el peso de guardar un secreto y haber recibido en mis manos, una posta generacional que no pedí y que incendiaba mis sueños. "Mi bronca" era haber perdido, en cierta manera mi inocencia.

Observando el video colectivo de "Marcha de la bronca" donde personajes como León Gieco, Juan Carlos Baglietto, Gustavo Cordera, Mollo, Alejandro Lerner, María José Cantilo, Hilda Lizarazu, Los Super Ratones, Moris, Fabiana Cantilo, Claudia Puyó, Andrés Calamaro se unen a Miguel Cantilo existe un cierto aire de nostalgia generacional de íconos del rock argentino ya mayorcitos exclamando un, dos/ un , dos que la letra de esta canción compuesta en 1970, sigue interpelando a quien la escucha en el siglo XXI, no como pose de "que buenito soy" sino como un testimonio musical de denuncia, de ver de frente a la vida y asumir el derecho que todos tenemos a gritar!

No se si mañana me dedicare exclusivamente a escribir, un,dos/un,dos si tal vez en invierno pueda volver a la poesía (hay dias que respiro versos, escupo metáforas, lamo silencios)también asumo la invisibilidad natural(cada vez me pierdo mas en ella)la felicidad me confunde. No se si terminaré mi tesis que la veo como un elefante blanco que pasea por el jardin de mis archivos. No se si mañana en la marcha por el "Día del Trabajo" un,dos/un,dos encuentre en los movimientos sociales, algo parecido al ánimo que me empuje a terminar mi investigación, bueno bien dicen que la bronca también es esperanza.

Sunday, April 05, 2009

Bitácora en siete acordes: Radiohead en B. Aires

24 de marzo 2009

09:00 a.m.


Llegó el día. Radiohead en Latinoamérica, Radiohead en Argentina, Radiohead en mi cabeza, estoy pisando la tierra de fuego que se quiebra para recibir a los turistas del vacío que crecimos escuchandoo "The Bends" tarareando fábulas del desencanto del “Ok computer” y nos desvanecimos en la web para conocer “In rainbows”. Más de una década de espera, miles de kilómetros lejos de casa y mis ojos que scanean sonidos que nunca pensé sentir en vivo.

Después de casi vender mi alma para lograr tener la entrada amarrilla con estampita de ticketek del concierto, sobrevivir la amenaza del dengue, resistir la inquisición familiar, buscar refugio en la casa de mi amiga Mile y con la promesa de ser mas espía que corresponsal, estoy cerca del "Club Ciudad" a pocas horas de alucinar y entrar en la órbita del sonido Radiohead, certificando que el rock de estadios todavía existe. No se como traducir todo lo que ronda por el bosque en estos momentos.

Primer acorde

10:00 a.m.




Cortazar al escribir "continuidad de los parques" debió inspirarse en Buenos Aires, las enormes distancias recorridas en bus o tren siempre atraviesan parques enormes, países de pasto y árboles canónicos limítrofes con avenidas y estampidas humanas. Nos citamos a las 10 de la mañana en la parada de "Retiro" mas de una hora de trayecto, para llegar al “Club Ciudad” el objetivo: hacer fila desde temprano para ubicar un lugar cercano al escenario.

Incautos, llegamos a destino con una fila un poco larga y con la adormecida sorpresa de encontrar una bandera boliviana cerca de la puerta, lo cual nos quitaba el supuesto sello de exclusividad, eran gente de Cochabamba para variar, también vi al Vadik de La Paz, en primera línea (como debe ser). Exudamos ansiedad mezclada con impaciencia, quemando nuestra mañana sentados en el pavimento, viendo pasar las horas por goteo.

Segundo acorde

11:35 a.m.



Casi medio día, busco que comer, lo mas cercano McDonal’s, un sándwich vegetariano de 20 pesos argentinos, lejos de los trancapechos y anticuchos,siento la inquietud acumulada por el concierto y la incertidumbre del “si nos dejaran meter cámaras”, el casi otoño porteño es equivalente a un intenso verano kochala, ya cerca del “Club Ciudad” se escucha a Tom Yorke, momento de clarividencia imperdible, "Optimistic" va primero, "A wolf on a door" a la lejanía, la voz de York es inquebrantable, quiero correr a la cancha donde se prueba el sonido, mientras llega el staff que casi herméticamente entra por la puerta lateral, no puedo creer que "a wolf on a door" suene tan bien, empiezo a tartamudear y confundir referencias, cuando me preguntan a que álbum corresponde la canción (Hail to the Thief). Mejor no recurrir a una falsa erudición, ni tratar de silbar, respiro, pensando que esta es una de mis mas cercanas ficciones convertidas en realidad.

Tercer acorde
17:00 p.m.


El sol mata las neuronas, tomar agua, mascar chicle, ocultar la cámara y las pilas son la calistenia requerida para el momento, la cola ya es interminable. La calle muestra una sospechosa pasividad de feriado. Son las 17:30 y la gente avanza lentamente, a un lado las chicas al otro los chicos, la revisión es dadivosa porque no pretende encontrar lo que oculto, corremos como nunca para tener un buen lugar, los bolivianos parecemos hobbits a lado de los gauchos que sin poleras y con cierto eco futbolero acaparan las primeras filas. Esto se pondrá demasiado denso pienso, lo cual me excita de sobremanera porque para vivir un buen concierto hay que entregarse al ritual, a pesar de las consecuencias. El sol se diluye en una ciudad sin montañas.

Cuarto acorde

18: 15 p.m


Ingresa "La Portuaria", solamente con 15 minutos de retraso, se proyecta una publicidad de Quilmes, el público recibe tibiamente al telonero local, entre gente que protesta por la atmósfera aletargada con olor a mota (se puede encontrar yerba tan fácil como alfajores en Baires), un vendedor de Pepsi como surfista logra cruzar el mar de gente, parecemos zombies esperando capturar todo el concierto, ingresa el invitado especial de "La Portuaria" el vocal de "Catupecu Machu", cuando un cuate pregunta si no venden cerveza, nos miran con cara de "ahhh estos bolitas", ¡imposible vender cerveza!-contestan- con eso se arma un quilombo que ni te imaginas.



Ingresa Kraftwerk, Ralf Hütter y los suyos se asumen como robots, la multitud empieza a moverse tibiamente como quien participa de un ritual de iniciación con saltos sincronizados, algunos fans de la onda electrónica siguen el sentido hipnótico de las canciones del cuarteto. Vale decir que Krafwerk tiene una puesta en escena excepcional, las imágenes proyectadas y toda la producción del escenario resultan increíbles, trenes que emulan una travesía electrónica cabalgando un ecran gigante, que se convierte poco a poco en el ojo cíclope de la multitud, luces de neón que dibujaban mapas orgánicos, flashes mass mediáticos que nos ubican en el país sintetizador, invitando a entrar en trance a cada beat (beat,beat). Toda la usina vanguardista enciende a la masa que se excita con el matemático sonido teutónico que cumple con el deseo oculto del ciberpunk: convertir al hombre en máquina.

Quinto acorde

21:00 p.m
aproximadamente



Radiohead ingresa al escenario Tom York con camisa blanca y jeans desgastados enciende al público de manera inimaginable, la guitarra de Ed O´Brien, el virtuosismo de Jonny Greenwood (guitarra, teclados y percusión) y una base impecable con Colin Greenwood en bajo y Phil Selway en batería, arman un equipo perfecto. Alrededor de 35 mil personas empiezan a saltar por todo lado, parece un partido de fútbol, al coro de “ole, ole, ole radiohead, radiohead” se encienden las luces de los focos LED que dan una sensación de estalactitas, distribuidas como celdas por el escenario. Parece que una lluvia de colores aprisionará el momento.

Se escucha "15 steps" con una calidad impecable, las pantallas rectangulares reflejan todos los movimientos en "tiempo real" de rockstars incómodos con su fama. Algunas personas empiezan a salir de la primera fila, porque se arma una especie de pogo nocivo, "Airbag" no tranquiliza al público porteño, mas bien los excita, el tercer track "there, there" (una de mis canciones favoritas), empieza magistralmente con martilleos de las percusiones, se siente el éxtasis colectivo. Pierdo a todos mis amigos. Me integro a una hermandad peligrosa. Soy un punto perdido de una horda expansiva.

Siempre que escuche a Radiohead sentí que una luz negra iluminaba cada acorde y lírica de sus composiciones ¿por que en Buenos Aires iba a ser diferente? La nostalgia no tiene coordenadas pienso, eso me hace sentir mas cerca del sentimiento desolador que siempre emitió la banda, sabía que este concierto implicaba un soporte físico increíble pero la energía que destilan los gauchos es imposible entenderla sino participas de su violencia, con cierta frustración y entrega debo salir de ese nudo humano.

Cierro los ojos a manera de minuto de NO silencio, me dejo llevar lejos del escenario....pero mas cerca del sonido y la furia.


Sexto acorde
21:30 p.m
. aproximadamente



Un simple gracias se escucha de los labios de Tom Yorke, que luego interpreta "Karma Police" sin usar la polera de la selección argentina como décadas atrás lo hizo Axel Rose, sin posar para el glamour de las cámaras como Madonna, esto no es operación sonrisa! “karma police” revela la persistencia de un sentimiento común, ganarle por goleada al narcisimo que infectó los espectáculos globales, mientras miles de personas corean “No surprises”.

Cuando se escucha “Weird fishes/ arpeggi” (una pregunta quema mis dedos ¿por qué dejé de tocar la guitarra?) y "Street spirit(fade out)" pienso no quiero despertar. Mi cuerpo no responde, pero sí se deja llevar por las cadencias epilépticas que dibujan los movimientos de Tom Yorke en “Idioteque” del Kid A, ya ni “Pyramid song” logra adormecer la euforia del momento.

Séptimo acorde

22:00 p.m aproximadamente




Ed O'Brien emite un pequeño discurso en castellano, dedicado a todas las víctimas del golpe militar de 1976 y los familiares de los desaparecidos, antes de tocar "How to Dissapear Completely", del Kid A, la conciencia nacional arde mas por haber esperado casi una década este concierto, que por la historia argentina reciente. Necesito, quiero, debo acercarme al escenario nuevamente, me infiltro como una serpiente, cuando la muchedumbre se calienta al son de "Paranoid android” increíblemente interpretada, los colores del escenario cambian camaleónicamente mientras palidezco y empiezo a filmar algo de la furia porteña.

Que mas pedirle a la vida, "House of card" susurrando en mis oidos. "Videotape" también convoca recordar el motivo de la gira la presentación de "In Rainbows" y destacar el revolucionario sistema de distribución por internet de este álbum, al precio que "usted quiera", saber que si se puede mantener la independencia y un discurso político honesto, usando la música para innovar, provocar y conmover.

Mi amnesia temporal, me impide recordar “2+2= 5”, pero ya cerca del final recuerdo que tocaron “creep”. Los argentinos se sentían benditos por escucharla, “es que Argentina pibe es el lugar que escogieron para cantar Creep”, repiten algunos fans, creo que lo mismo pensaron en Brasil y Chile, para que quitar la magia al momento. Sí estuve allí. Sí fue algo único.


Arpegio


¿Por qué escuchar una banda como Radiohead en vivo?¿Por qué cruzar miles de kilómetros lejos de casa? Creo que German Arrasqueta tiene razón al decir que escuchar a Radiohead es ver frente a frente nuestros miedos de la era tecnológica, darnos cuenta que no todo esta bien, que tenemos la oportunidad de perdernos de nosotros mismos y asumir que todos somos vulnerables.