Infierno Musical

Saturday, January 31, 2009

Sesión Marroplánica: Got Oil





Cómo no comenzar el año sin escribir sobre la Sesión Marroplánica de Oil, que se realizó el jueves 29 de enero en “La Muela del Diablo”.
Este acústico fue m-á-g-i-c-o, no sólo por el uso de djembes, didjeridos, derbakes y cuerdas, sino también por el talento de Brita la bailarina cósmica que encendió a los asistentes con sus cadencias y la inigualable voz de sirena de Analía Abat.

Todo comenzó con el redoble de tambores que en conjunción con el sonido del viento que ejecutaba Amado Espinoza, confirmó mayor seguridad y contundencia de la banda. No se dejó esperar la versión acústica de “Nothing” que implicaba una candidez vocal y contrapunteo acertado de las guitarras de Pichón Aguilar, Marcelo Navia y Olivier Devaux.

Mientras un amigo del Martadero me enseñaba como usar mejor mi cámara, (la próxima llevo un encendedor, para fanatiquear a la antigua, a veces la tecnología me confunde) y mi amiga Paty posaba en texturas sepias alrededor de los asiduos al boliche, se anunciaba que Amado se va a la Argentina para seguir sus estudios musicales y continuar cazando sonidos del mundo, entonces, esta sesión acústica fue la última en mucho tiempo, con cierta nostalgia; el frontman de la banda también mencionó que era el cumpleaños de la “diabla” la mujer que hace que la Muela del Diablo sea un boliche, no sólo chupístico, sino también un espacio místico.

Luego se escuchó “Blame”, con una destreza técnica increíble,también “The room” en una versión aletargante, abierta a la experimentación musical. El tono blues de la noche lo puso Pichón Aguilar desde el imaginario Mississippi pudimos sentir un acento melancólico del sur. El toque especial de la velada lo dieron Brita la incomparable bailarina de ritmos árabes e hindúes, que causó sensación en el público no sólo masculino, que acompañada por la voz de Analía Abat, que como una venus lírica entonó “nativo” como un conjuro alrededor del fuego de los djembes.

Vino el intermedio, algo de rock argentino, entre un público cada vez más desconocido, extrañando un poco los cuates de la UMSS que sin excusas chupaban, y escuchaban música a todo volumen desde el país de los solteros, sentada atrás, un poco lejos del escenario, en un enero que nos dejaba sabor a lluvia, perdí de vista a mi amigo Sergi quien entrevistó al grupo, en secreto quería decirle te ira bien son ¡buena onda! Lo sé.

El segundo tiempo del acústico no se dejó esperar, después de presentar a los miembros actuales de la banda Pipo, Pichón, Olivier, Chelo su hermano Hugui y el percusionista invitado Amado Espinoza, se estrenaron alrededor de tres temas nuevos que acrecentaron mis ganas de escuchar su nuevo disco, mientras que de manera confesional Chelo decía que hace seis años OIL emprendió la aventura de hacer música y que en el espacio que tienen para ensayar con Pichón Aguilar, soñaban con hacer una Sessión Acústica ya sea por la influencia de Led Zeppelín u otros espíritus guía, cumplieron con altura su deseo por su constancia y talento, en un contexto donde el reconocimiento de los artistas es casí nulo; cuando tocaron “war” de manera punzante con limpieza y crudeza, pensé en las guerras internas que los músicos de rock, deben ganar para dejar su alma en cada nota.

También se reconoció el trabajo del equipo detrás de la banda, desde el manager Mario hasta el sonidista Leucovich y la confianza depositada en el productor Cacho Romero, de quien ya se esta reconociendo su nombre a nivel local por su trabajo realizado, con otras bandas, algo que si me gustó mucho fue el certero trabajo de las percusiones, tanto Pipo como Amado Espinoza tienen una química matemática, que espero este siendo recuperada en el estudio de grabación, y que el Hugui continué tocando los instrumentos exóticos de Amado.

“Break” es un tema de desacato a la autoridad, inevitablemente vi una mano que empuñaba el símbolo del rock que nos heredó Ronnie James Dio, una mano que si se identifica con el movimiento (aunque sólo sea una mano) un chango que estaba a mi lado se sabía toda la lírica de esta canción y la cantaba con convicción, mientras se escuchaban, comentarios desubicados que pedían que se toque Pearl Jam, Coldplay... se nota que no saben, que esta banda no busca el facilismo del cover.

Cerca del fin tocaron “Dependency” valió la pena salir del coma mental, de mis vacaciones, sacrificar el jueves por el viernes y escuchar mi canción favorita “My mother told me I have to pray. My father wants me somebody else”. Luego interpretaron “infrasonido” un tema que me dejó loca, que buena composición, mientras Brita bailaba mejor que actriz del "clon", el escéptico público cochabambino se paró y empezó a mover las caderas formando el número ocho, mi toque de queda se diluía cada segundo, aclamamos más canciones, invitaron a Analía Abat, Brita se movía mas zigzajeante que nunca, ya terminaba el concierto, quise sacar una última fotografía, saludar a todos los miembros del grupo, buscar a mi amigo Sergi, pero solamente decidí escribir una foto instantánea del momento, porque a veces las palabras y la música forman un solo sonido: ¡got oil!

Memorias de un walkman: comentario en "La Razón"


Despidiendo el 2008, mi amigo Christian me dijo que sorpresivamente leyendo tendencias del periodico paceño "La Razón" encontró un comentario de mi libro cartonero, esto si que fue sorprendente para mí, por eso lo transcribo tal cual:

RELATOS • La autora es cochabambina y forma parte del grupo literario Los Calacas. Esta obra es un ensayo sobre experiencias que tienen de fondo la metáfora del walkman. Aborda mitos urbanos, recorre aceras, parques, el cementerio... puede ser Cochabamba, pero también cualquier otra ciudad. Memorias de un walkman. Lourdes Saavedra. Yerbamala Cartonera. La Paz, 2008.
Aguante Yerbamala Cartonera!

Enero: mes de puentes y silencios

El último día del primer mes del año. Enero fue intenso, con un año nuevo imprevisto, que hizo palidecer mi acostumbrado pesimismo, al día siguiente soborne mi resaca viendo a Radiohead en Basement Sessions (también compré mi entrada para verlos en Buenos Aires el 24 de marzo),encuentros con cuates entre cafés y chelas, pasé cursos de redacción (ya se usar el punto y coma), días de lluvia entre Chejov y Leonard Cohen, acompañe a una amiga a ver una vidente, supe mi por-venir sin pedirlo. Ahora espero ver el tatuaje de la Rosa, prender una vela por los que ya no están, soplar palabras para los que siempre estuvieron.

No me contagie del dengue, pero si me enferme de mudez, me dio un ataque de silencio, no podía ni siquiera postear, casi me convierto en visitante permanente de melancólicos anónimos; algunos días quise alquilar un muso, fui sin protestar a babyshowers y crucé aquel camino movedizo de la nostalgia, con ayuda de alguien que tal vez ya no me espere al final del puente... para completar el ciclo.