Infierno Musical

Friday, November 17, 2006

TRANSITANDO POR EL OJO DE UNA ESPINA



En “Por el ojo de una espina” de Juan Cristóbal MacLean la piel del papel es el cuadrante donde se arraigan lugares enigmáticos, también se puede apreciar la persistente sombra de la muerte, el insondable gravamen del silencio, la imposibilidad del amor y la intensidad del erotismo.

Las seis distintas partes de este libro configuran una búsqueda por salvar a las palabras del saturado pozo de lo ya dicho, mediante una escritura introspectiva y lúdica MacLean tiene el poder de convertir al lector en un tripulante del papel pampa, panorama en el que se hilan las territorialidades del viento, donde la frontera es el aire que habita en los bosques, las selvas, la arena, el mar y por supuesto ruge por el oleaje de la sangre del autor.

La presencia constante de la muerte en este poemario, es asumida como una certeza: me hablarán muros vueltos hacia adentro/ de cañadas entregas a suburbios./ a riberas,(...) atrapará la sombra de mis muros a mi sombra/ mientras que el amor es una imposibilidad, desde un emotivo nihilismo señala: el amor no es nuestro todavía, sólo la muerte puede aplacar al amor, la vida apenas ofrecerle la tragedia como en Romeo y Julieta, Tristan e Isolda. Así es. Ahora Julieta puede bailar con Romeo en una discoteca o Tristan contratar un abogado. Entonces el amor puede fundar efímeros paraísos, decretar islas de la fantasía e infiernos privados, pero mantiene un carácter enigmático y etéreo.

Por el ojo se una espina, también se puede observar la sensualidad que despierta la mujer, especialmente en Oda al vestido amarrillo, que se confecciona como un documento inevitable del deseo, y el sentido erótico que ronda los versos que apuntan a exclamar: ¡Abre todo tu vestido! A la vez, existen algunos pasajes del poemario donde se recuerdan la voz materna que le canta al mar del pacífico y también el femenino arrullo de la niñera que alguna vez tuvimos en la infancia.

Cabe destacar la mordacidad del autor cuando aborda la transparencia actual del mal teniendo como consecuencia la pérdida de estatus y calidad del: terrible infierno, que antes gozaba por lo menos de bellas ilustraciones y tormentos /Hoy por hoy, en cambio, modernizado ya el averno, posa para cámaras y fotos, alienta y enaltece las buenas intenciones de los foros y fiestas. Entonces el mérito de Juan Cristóbal MacLean es convertirse en un activo observador, que acecha como un cazador la cotidianeidad y sus vivencias, que nos transportan por el ojo de la aguja donde reside: el verso.

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